domingo, 25 de agosto de 2013

Bah.

¿Dónde fue la esperanza? Necesito ir tras sus pasos, suplicarle que vuelva. Todo era más bonito cuando ella estaba a mi lado... Había ilusiones, sueños. Ahora sólo hay oscuridad profunda, gritos silenciosos, pesadillas vívidas, pesares insoportables y pesimismo extremo. La verdad es que el optimismo nunca fue lo mío.
Mis amigas las voces todavía siguen aquí, dentro de mi cabeza. Parece que están bastante cómodas ahí, insultándome, maldiciéndome, acariciándome y consolándome. Han cogido su asiento y dudo que se larguen... ¿Para qué?
Bah, que le den a la esperanza. Si ha querido irse, que no vuelva. Yo también me estoy acomodando.


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