domingo, 15 de septiembre de 2013

Bah.

Anoche me puse a hablarle a la Luna, y lo cierto es que nos entendemos bastante bien.
No estaba ni llena, ni más brillante, pero estaba preciosa. Siempre lo está, ¿verdad? Lo cierto es que me siento realmente estúpida escribiendo esto. ¿Qué hace esta pirada contándole sus cosas a un satélite? Pero... ¿No sois vosotros los que os apasiona lo natural? ¿Los que os llenáis la boca hablando de sentimientos vacíos, que no existen?
Y digo yo... ¿De qué os sirve eso si ni siquiera intentáis escuchar a las flores, ni respiráis el aroma del viento, ni llamáis "preciosa" a la Luna?


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